HURACANADA PARANOIA
Desde su casamiento en el 2034,
Keanu vivía feliz con su mujer Aeris y su hija Iris. Keanu se había dedicado
fervientemente al estudio de la vida humana así como del problema de la
existencia, el conocimiento o la mente. Durante sus años de incansable
investigación se había ganado a pulso el apodo de "rata de
biblioteca" que incluso le enorgullecía. Su mujer calificó su obcecación
como una enfermedad y decidió llevarle al psiquiatra. En el 2037 a Keanu le
diagnosticaron esquizofrenia, un trastorno que le provocaba constantes delirios
y alucinaciones. La relación con su mujer se deterioró tanto que llegó a
odiarla, pensando que ella era la causa de su demencia. Aeris observaba
aterrada el monólogo que su marido mantenía abordando temas insólitos sobre el
ser humano, el conocimiento o la religión. Keanu desvariaba declarando que su
propósito en la vida era descubrir la verdad. Una fría mañana de invierno de
aquel mismo año Keanu se despertó y
tropezó con los cadáveres de su mujer y su hija, que yacían en el suelo. Tras
la muerte de ambos seres queridos, Keanu se hundió en una profunda depresión
que le obligó a estar encerrado en la inexpresiva habitación de un hospital
durante más de un año. Para nada le sirvió ingerir pastillas y antidepresivos
que parecían hacerle enloquecer más. La madre de Keanu se hizo cargo de él el
largo periodo que duró su rehabilitación. Una vez éste se vio con fuerzas de
volver a enfrentarse a la vida decidió mudarse al campo a vivir la vida de un
ermitaño, pues pensó que le traería la tranquilidad y sosiego que necesitaba.
Pasaba la
mayor parte del día vagando por el bosque. El contacto con la naturaleza le
hacía reflexionar sobre cuestiones de la vida humana que nunca llegó a
comprender. Se preguntaba sobre la existencia de Dios, el origen y propósito de
la vida, el conocimiento humano, etc. En uno de sus paseos creyó escuchar el rumor
de una voz a lo lejos. Era casi imposible que fuera una persona pues la
población más cercana se encontraba a más de veinte kilómetros. Prestó atención
a las palabras que parecían saludarle y darle la bienvenida. Cuanto más soplaba
el Viento, más claro se escuchaba aquella extraña voz. Al instante pensó que
quien intentaba comunicarse con él no era ninguna persona, sino el propio Viento.
Keanu era consciente de que aparentemente había superado la esquizofrenia pero
no era así. Consideró que la soledad le estaba jugando una mala pasada y como
eran las primeras palabras que escuchaba en mucho tiempo, decidió responder. El
susurro del Viento le dijo que se había manifestado con el propósito de
revelarle los misterios que tanto le inquietaban. Keanu, muy confundido, decidió
continuar la conversación pensando ser testigo de algún tipo de revelación
divina. El Viento le comunicó que él no estaba enfermo sino que lo estaban los
demás, lo que le tranquilizó. Le propuso quedar de aquel día en adelante en ese
mismo lugar para discutir las cuestiones que tanto le atormentaban.
El Viento
se proclamó emisario de un importante mensaje que se debía transmitir al conjunto
del universo y en concreto a los terrícolas. Dijo que era necesario controlar
el desarrollo de la vida en la
Tierra pues desde su creación no había progresado en
absoluto. El enfrentamiento que había provocado la existencia de creencias
enemistadas entre sí o el ascenso al poder del capitalismo había provocado el
retraso de la humanidad y a su vez, la intervención de los que fueron sus Creadores.
En la
segunda conversación que mantuvieron, trataron el tema de la existencia de
Dios. El Viento aseguró tajantemente su inexistencia y Keanu le pidió una
explicación. En primer lugar, el Viento argumenta que la recóndita posibilidad
de la existencia de Dios rompería con cualquiera de las rígidas leyes de la
lógica. Éstas dicen: "Todos los cisnes son blancos hasta que aparezca uno
negro", es decir, Dios no existe hasta que aparezca o se presenten pruebas
verdaderas de su existencia. El Viento
alega que las declaraciones de los supuestos testigos de revelaciones divinas no
lo fundamentan en absoluto. Tampoco la existencia de libros que se contradicen
entre ellos son pruebas suficientes. El Viento defiende que un ser
omnibenevolente no permitiría el sufrimiento. El Viento pidió a Keanu que
difundiera tales argumentos irrefutables en su deseo de eliminar esas creencias
de la mente humana. Keanu terminó convenciéndose de la inexistencia de Dios. Tuvo
la certeza de estar cuerdo y de no sufrir ningún tipo de delirio.
En la
tercera conversación que mantuvieron el Viento indicó que el origen de la vida
no se encuentra en la Tierra
sino en otro lugar del Universo. El Viento le descubrió la realidad de una vida
primitiva extraterrestre, algo así como a lo que los humanos llamaban "exogénesis".
Explicó que la vida se había originado en un punto del espacio y luego se había
extendido al universo entero por medio de asteroides. En este punto de la
conversación la mente de Keanu no paraba de hacerse preguntas: ¿Quién
y cómo trajo la vida a la Tierra?, ¿Con qué motivo e
intención?, ¿Por qué los extraterrestres de los que habla el Viento nunca se
han querido manifestar?, ¿Cuál es el propósito de la vida?. El Viento, al
leerle el pensamiento, se apresuró a responder a todas esas preguntas. Le
explicó que los Creadores son los verdaderos dioses de este universo, cuya
existencia se remonta a eones antes de cualquier insignificante explosión. Su
propósito fue la extensión de la vida en el universo por medio de la
colonización de sus planetas. Crearon las "semillas" necesarias para
el desarrollo de la vida, compuestas de bacterias extremófilas, es decir,
enormemente resistentes a cualquier condición adversa. Los Creadores necesitan
de los Cuatro Elementos para comunicarse con sus creaciones: la Tierra, el Agua, el Fuego y
el Viento; éstos, son los emisarios al servicio de los Creadores. Los Cuatro
Elementos tienen la potestad de cambiar el destino de cada planeta y dirigirlo
según las órdenes de sus superiores.
En la
cuarta y última conversación el Viento quiso esclarecer a Keanu cuál era el
propósito y sentido de la vida en la Tierra. Le declaró que la raza humana era un
simple experimento dirigido por sus propios Creadores. Un ensayo llevado a cabo
con la intención de probar si este tipo de vida sería capaz de sobrevivir y prosperar
eternamente. Los Creadores, por medio de diversas catástrofes perpetradas por
sus emisores, intentaron avisar al ser humano de que se acercaba su fin. Ahora Keanu
terminó de entender que el conocimiento y la conciencia humana estaban limitados
pues su existencia era un mero experimento. El corrupto sistema capitalista, la
existencia de falsas creencias y el desarrollo de ideologías extremistas solo
sirvió al hombre para resguardarse del terrible mal que significaba su
ignorancia.
Keanu,
todavía ávido de respuestas, sufrió un
desvanecimiento y cayó al suelo, golpeándose fuertemente con una roca. Lo veía
todo negro hasta que, de repente, una luz blanca le deslumbró. Se dio cuenta de
que el nuevo lugar donde se encontraba le parecía familiar. También conocía a
la persona que estaba delante suya, Chris Luft. Se encontraba en la inexpresiva
habitación del mismo hospital del que nunca salió. Luft, el médico que siempre
le atendía, había envejecido mucho desde la última vez que le vio, momentos
antes de entrar en coma. Hablando muy lentamente, Luft le informó que se
encontraban en el año 2053, esto significaba que Keanu había pasado los últimos
dieciséis años en coma. El médico le indicó que un ictus fue la causa de su
estado de inconsciencia. Keanu se encontraba atónito, no daba crédito a las
palabras del médico. Aterrorizado, le preguntó si la situación que estaba
viviendo en aquel momento era verdadera o si estaba delirando. Luft le dijo que
todo en aquel momento era completamente real pero que en ningún momento dejó de
ser esquizofrénico. Luft se dio cuenta de que Keanu se encontraba en un momento
de lucidez y aprovechó para informarle sobre la trágica noticia que llevaba
guardando dieciséis años. El médico le dijo que él fue quien mató a su propia mujer Aeris y a su
hija Iris en un ataque de ira fruto de su enfermedad. Keanu, recordando lo
vivido en su largo sueño, le dijo al médico que la humanidad no había sido
capaz de progresar y que estaba condenada a una extinción inminente. El mundo
no había captado los mensajes enviados por los Creadores, a través de la acción
de los Cuatro Elementos. Luft, consciente de la paranoia de su interlocutor,
decidió pedir ayuda. Cuando volvieron al cuarto se encontraron la ventana
abierta y a Keanu en el borde hablando tranquilamente con lo que parecía ser la
nada. Keanu, al percatarse de que venían a por él, se precipitó al vacío
mientras aseguraba que el Viento le había obligado a sacrificarse y a servir
eternamente a sus Creadores.
Darilio
05/04/2015
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